Cierto día, mientras investigaba en Internet sobre el silencio, salió una frase que me encendió la curiosidad. Los pieles rojas amaban el silencio. Esa frase me hizo ahondar en esta raza, que antaños era poderosa. Descubrí que no exactamente amaban el silencio, sino que adoraban escuchar a la naturaleza. Ellos hablaban con sus hermanos, las plantas, animales, ríos.
A medida que ahondaba me iba identificando con su forma de ver la vida, su respeto por aquello que de cierta menera nos hace posible nuestra supervivencia. Se creó pues un lazo muy fuerte entre ellos y mi ser. Fue como nació PEQUEÑO BÚHO, una personalidad mía que se caracterizaba por una especial vivencia de la naturaleza y respeto hacía ella.
¿Por qué os traigo esto? ¿en que medida te puede interesar?
En la medida que me identificaba con ellos, desarrollé una forma de hablar, llena de metaforas. Afloraba en mi un especial uso del lenguaje que me motivaba, y me motiva. En este lenguaje predomina una constante comparación con el vuelo del aguila. Los indios admiraban a este animal, y los entiendo porque en un varias ocasiones he comteplado el vuelo de este animal, y se caracteriza por la majestuosidad.
Así, cuando me siento que hago lo que debo, que busco lo que quiero, y que soy fiel a mi interior, hablo de que estoy volando como un aguila. Y cuando me noto que avanzo, que mejoro, y que me acerco a mi meta, digo que me elevo.
Y ¿Qué importancia tiene para ti estas metaforas?
Yo no soy el único que me motivo comparandome con algo, usando metaforas. Unos usan la metafora del camino: soy caminante, se hace camino al andar, y no se ha de volver la vista atrás, otros se comparan con sirenas, que salen a la superficie, tambien he visto personas que se comparan con hadas
Amigo, puede que tu tambien necesites hablar metafóricamente para que tu interior aflore, puede que te identifiques con el vuelo de un halcon. Te invito a descubrirlo, y te animo a que ese rol motivador salga a la luz, y lo uses para avanzar en tu vida hacia tu sueño.
Sigue a mi lado, y si tu quieres volaremos juntos hacia el lugar donde todo lo que existe se alinea contigo, donde tu sueño es realidad, donde todo se une. Llegaremos a tu meta, a tu sueño. Yo te acompaño.
Cuentan que cierto día un buen hombre se encontró un huevo en las afueras de su granja. Era un huevo extraño, pero pensando que era de sus gallinas se lo puso a una de ellas para que lo empollara.
La gallina Dora le extrañó ver un huevo mas pero bueno, pensó que ya estaba vieja, y a su edad eran normales los despistes. Por lo tanto siguió cumpliendo su misión, sacar adelante a sus hijos. Pasado semanas, uno de los huevos se resistió mas de lo normal, pero al final el polluelo logró vencer la barrera que le separaba del mundo de colores.
Dora, pensaba todos los días: que raro, este polluelo es mas grande y come demasiado. Se comporta extraño. Pidió ayuda a sus vecinas y entro todos a base de voces sobre lo que debe de hacer, hicieron que el pobre, que deseaba ponerse fuerte, comer carne, y salir volando para alcanzar las cumbres, poco a poco, llegara a sentirse loco, convenciéndose de que hay que cumplir normas, y hay que evitar destacar para que las voces no te miren murmurando.
Un día los dueños de la granja, decidieron comerse a ese polluelo tan grande y feo. Que a veces quería volar pero que algo en su interior le hacia andar. Si, acabó en la mesa de comida, pero no se lo comieron porque su sabor era agrio.
Que triste, un águila, cuya misión en la vida es alcanzar las mas altas cumbres acabe andando y devorado por no escuchar su interior, y escuchar las voces de aquellos que tampoco se atreven a intentar elevarse.
Este cuentos, amigos, esta inspirado en uno de jorge bucay, y es una forma de hacerte ver, que puede que tu misión en la vida sea elevarte como un águila, y por no escucharte, acabes arrastrándote por el fango. Escúchame, puede que yo te saque el águila que llevas dentro.
VUELA ALTO AMIGO, VUELA ALTO SI ESE ES TU DON.
PEQUEÑO BÚHO, TU GUIA ESPIRITUAL.
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